lunes, 4 de julio de 2011

Frente Centro: Las Acciones decisivas

BANDOS ENFRENTADOS
Presidente de la República General José Luis de Orbegoso
Lugartenientes:
Mariscal José De la Riva – Agüero
General Mariano Nechochea
Mariscal Guillermo Miller
General Gutiérrez De la Fuente
General Blas Cerdeña
General Francisco de Paula Otero
Coronel Felipe Santiago Salaverry

*Teniente coronel Juan Antonio Pezet: efectivamente el que llegó a ser presidente del Perú de 1863 a 1865, era edecán de Orbegoso.

*Cirujano del Ejército: Dr. Cayetano Heredia (el que fuera Decano de la Facultad de Medicina de San Fernando de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos)

*Teniente José Balta y Montero: también llegó a ser presidente del Perú de 1868 a 1872, tenía 20 años cuando servía en el batallón "Piquiza".

Jefe Supremo de la República General Pedro Bermúdez
Lugartenientes:

General José María Frías
Coronel Allende, jefe de Estado Mayor
Coronel José Rufino Echenique

Coronel José Miguel Medina, comandante general de Caballería


MOVIMIENTOS PREVIOS A LA BATALLA
El 11 de Marzo de 1834 se producen escaramuzas en Cacas, la Oroya y Ucumarca entre la vanguardia de Miller y Bermúdez.

En Ucumarca Bermúdez ordenó a Ugarteche desalojar a Miller que estaba en el puente de Huaypacha cerca a Tarma, Echenique no estaba de acuerdo pues Miller tenía a sus soldados bien parapetados al otro lado del puente. El comandante Solar con 70 soldados de infantería y 20 de caballería rechazó a Ugarteche que llevó una compañía del batallón "Piquiza" de más o menos 130 hombres de infantería y 30 de caballería; fue en vano el intento de atravesar el puente y atacó hasta que se le agotaron las municiones, murió en esta acción el capitán Angulo y 18 soldados. En la Oroya Bermúdez perdió 2 hombres y 2 caballos.

Bermúdez manda constantemente cartas a Gamarra para recibir consejos el 12 y 15 de Marzo de 1834, pues por él mismo parece no poder llevar carga tan grande.


Agustín Gamarra envía al General Frías

En carta del 22 de Marzo de 1834 Gamarra da muchas referencias importantes, entre ellas la llegada del General Frías, donde se ve que confía mucho en él y lo quiere de segundo al mando (probablemente Gamarra conoce la falta de dotes de Bermúdez y manda a Frías, del cual reconoce muchas virtudes):
"Ciertamente que la situación de U. es bastante incómoda y molesta, y nada me llama tanto la atención que el no poder acompañar a U. y trabajar unido; pero le he buscado a U. un alivio oportuno y extraordinario. El general Frías saldrá de esta el día 1 de Abril con algunos infantes y húsares con el fin de reunírsele a U. en el valle de Jauja. Esta adquisición la considero de una importancia extraordinaria, porque no sólo va a reforzar su ejército, sino que tendrá U. a su lado un jefe que no duerme y trabaja por veinte. Él, con la investidura de segundo jefe hará que el ejército vuele y le sacará recursos de las entrañas de la tierra. Él por ahora sale a Acobamba, ... si U. no tiene necesidad urgente de él."
Le apresura para tomar las cosas seriamente, le informa que ha despachado al coronel Escudero a Arequipa y otros asuntos. También le aconseja sobre algunos ascensos del ejército, le pide un despacho de General para San Román y le manda saludos a Echenique, Ugarteche y Allende. Vemos cómo Gamarra trata de orquestar todo.

Bermúdez va hacia Ayacucho para unirse con el General Frías, va a buscarlo en lugar de esperar, prefecto de ese departamento muy valiente y leal a Gamarra. Ambos convergieron en Acobamba, provincia de Huancavelica.

Pero muchos altos mandos como Echenique y en general los soldados estaban muy incómodos con Bermúdez pues era muy apático tanto en su estrategia  como con la tropa. Así que Echenique conversó con frías para deponerlo, quedaron en hacerlo luego de una batalla decisiva.


  

General Francisco de Paula Otero Goyechea

*lo pongo porque he visto DEMASIADAS personas que han buscado su imagen en Google sin hallarlo. En otro post lo pondré donde tenga real importancia, así que aprovechen*

Orbegoso entró a Huancavelica el 16 de Abril de 1834. Miller fue donde él y le explicó la situación, Bermúdez tenía ya organizado su ejército y planeaba ir a perseguirlo. Le refirió además que había tomado su división la posición de Huaylacucho, muy buena según él. Orbegoso que no era un experto militar y confiaba en el prestigio de Miller aceptó llevar a todo el ejército allá, lo cual logró el mismo día a las 7 de la noche hora a la cual no se distinguía bien el lugar, además que había mucha neblina.
Ocurrió en este momento que Bermúdez recibe la noticia de la victoria de San Román en Arequipa y se dispone para el día siguiente el avance del ejército, que para ese entonces ya bordeaba los 2000 hombres,  para ir en busca de Orbegoso.

LA BATALLA DE HUAYLACUCHO

"Los cuerpos iban cayendo uno en pos de otro en un círculo de muerte y tenían que cejar"
Alfredo Guinassi



Concentraciones previas y movimiento del ejército durante la Batalla de Huaylacucho

Disposición del Ejército del General José Luis de Orbegoso:

Ala izquierda: el batallón “Zepita” con poco más de 500 plazas al mando del coronel Felipe Santiago Salaverry
Centro: el batallón “Lima”, "Fieles de Lima" o "Legión Peruana", con 500 plazas.
Ala derecha: el batallón “Pichincha” con 650 plazas.
Caballería: Los escuadrones "Cazadores de la Convención" y "Lanceros", 200 hombres montados.
Lo que da más o menos 1850 hombres.  


El 17 de Abril de 1834 sin conocer las posiciones exactas de cada uno, Frías dio la orden a Echenique de avanzar.


Orbegoso en tanto había organizado a su ejército desde las 5 de la mañana a toque de diana; el teniente coronel Lorenzo González notó que la corneta podía ayudar a los enemigos a saber sus posiciones pero fue desatendido.
Lo cierto es que Echenique ya había pensado en ir con su vanguardia por las alturas que rodeaban a la ciudad de Huancavelica pues suponía que los rivales los esperarían en el llano donde estaba el camino principal. Así avistó la retaguardia de Orbegoso a la cual atacó con su cuerpo bien formado para la batalla; logró matar a un capitán y con un ataque a la bayoneta los demás huyeron. Su movimiento era protegido por un contingente de Cazadores y una pieza de artillería.
Orbegoso al notar el movimiento de flanco que se le hacía trató de atacar la retaguardia enemiga pero se enteró recién que el camino era muy complicado así que trato de recobrar la posición y mandó al comandante o teniente coronel Antonio del Solar con una compañía, al ver que no se bastaba envió al batallón “Pichincha” pero pronto vio que iba a ser imposible pues Echenique con todo su cuerpo y el batallón "Cuzco" ya reunido redobló los disparos y ocupó las alturas. El "Pichincha" trató por dos veces más de posesionarse de algún punto para empezar la resistencia pero sufrió tal fuego que desistió.
El ejército de Orbegoso empezó la retirada general en gran confusión, muchos soldados se lanzaron al río donde murieron no pocos.

La muerte del general Frías

"Por su reconocido valor, Frías era el alma de la revolución. Soldado a carta cabal; valiente hasta la temeridad, frugal, diligente, severo mantenedor de la disciplina, era arbitrario y duro como digno subalterno de Gamarra"
Nemesio Vargas en "Historia del Perú Independiente"

Sin embargo, un cuerpo de caballería enemiga apareció para cubrir la retirada de los dispersos por orden de Orbegoso, justo cuando Frías llegaba para apoyar el ataque de Echenique quien le preguntó por la caballería a lo cual el general le respondió que ya venía. El general Frías venía con su pequeña escolta y trató de tomar prisioneros a la caballería enemiga, pues él había sido su jefe por mucho tiempo y pensó que con su presencia y pequeña escolta lograría convencerlos, empezó a hablarles pero de improviso el regimiento de caballería enemigo cargó contra él y su escolta. Fue muerto de un lanzazo, él primero y luego algunos de sus compañeros. El que lo ultimó fue el general Pedro José Loyola quien temiendo perder el control de su escuadrón arremetió sin contemplación. El viajero Lavandais, cuenta que las mujeres de Ayacucho lo buscaban para besarle las manos en actitud de agradecimiento, de lo cual se infería la animadversión que sentían por el piurano Frías.
Echenique mandó disparar a su cuerpo alarmado, pero ya era demasiado tarde; sin duda fue terrible para él ver caer al general en el cual había depositado todas sus esperanzas. Se quedó allí parado recogiendo su cadáver sin poder tomar decisión inmediata.


General José María Frías, piurano baluarte de Gamarra, murió en plena batalla

Mientras, Salaverry con el batallón “Zepita” que no había sido comprometido en la batalla respondió el ataque final y cubrió a los dispersos. El general Miller con la compañía de carabineros de la Legión y otros soldados también se apostaron cerca al río para sostener la retirada.
Después de la muerte del general Frías refiere Echenique que llegó Bermúdez, al cual vio por primera vez en el combate sin haber recibido orden alguna. Le mostró los dispersos y pidió que le dé órdenes para perseguirlos “No es necesario ya no se retrasan”, le respondió. Se perdió una brillante oportunidad, pues muchos historiadores coinciden en que bien pudo acabarse allí con el ejército de Orbegoso.
Éste fue entonces el resultado de la Batalla de Huaylacucho, con victoria para Bermúdez frente a los de Orbegoso. Echenique no lo considera como tal pues refiere que sólo su cuerpo empeñó combate y no se persiguió a los dispersos, pero sí admite que su prestigio en el ejército ascendió.
Bermúdez por medio de Pando hizo proposiciones de paz pero siempre desconociendo a la Convención Nacional y solicitando la reunión de un congreso.

EL ABRAZO DE MAQUINGUAYO
“El amor a la Patria unió aquí, en el mismo sitio y en la misma hora, a quienes se iban a batir; y convirtió en campo de amistad el que iba a serlo en sangre. Abril 24 de 1834”
Inscripción que debía ir en una columna en Maquinguayo por decreto de 25 de Agosto de 1834.


Coronel José Rufino Echenique Benavente, artífice del Abrazo de Maquinguayo


Todos concuerdan que el Abrazo de Maquinguayo fue una jornada de carácter cívico donde primó un sentido de solidaridad patriótica; donde se antepuso el interés de la nación al de los propios. Pero viéndolo desde el punto de vista contrario, el ejército vencedor se pasó al del vencido y esto terminó definitivamente con la causa de Agustín Gamarra. Fue un tremendo revés pero sobretodo y a pesar de no haber perdido una gran batalla dejaba sin sentido la resistencia que se podría haber hecho, al ver cómo el cuerpo del ejército más importante desertaba a favor del otro.
Es muy difícil prever qué hubiera sucedido si las cosas marchaban sin Maquinguayo, Gamarra había tomado Arequipa y sus refuerzos del Cuzco hubieran apoyado a Bermúdez tardeo temprano, cuyas tropas eran mejores y habían ganado un encuentro, pero todo esto es especulación. El abrazo de Maquinguayo prácticamente enterró cualquier posibilidad propia de Gamarra para recuperar el poder frente a Orbegoso.

Referencias:

“La Iniciación de la República”, Jorge Basadre.
“Historia de la República del Perú”, Jorge Basadre.
“Memorias para la historia del Perú”, General José Rufino Echenique.

"Epistolario del Gran Mariscal Agustín Gamarra", Alberto Tauro.

"Historia del General Salaverry", Manuel Bilbao.

"General Trinidad Morán", Alfredo Guinassi Morán.
Jesús De la Jara

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