miércoles, 26 de abril de 2017

Viaje a Ecuador. Museo Casa de los Tratados de Girón

En febrero pasado realicé un viaje a Girón, con el objetivo de buscar las huellas de Agustín Gamarra en la Guerra contra la Gran Colombia de infaustos recuerdos. 
La batalla del Portete de Tarqui concluyó con la firma de los Tratados de Girón en los que Gamarra se halló presente.
Para poder ver la reseña de mi viaje y muchos datos interesantes, click en el siguiente video:




Jesús De la Jara

viernes, 19 de febrero de 2016

Video sobre la Guerra Civil de 1834

Después de mucho tiempo, por fin he subido a Youtube un video de la Guerra Civil de 1834 con muchas cosas adicionales a las ya desarrolladas en este blog.
Aquí en el blog pueden encontrar "La Guerra Civil de 1834" en tres partes, con los enfrentamientos en cada uno de los frentes.
En el video me he permitido hablar extenso sobre esta guerra.
Aquí la primera parte:




Jesús De la Jara

jueves, 24 de septiembre de 2015

viernes, 15 de agosto de 2014

Tratado de Piquiza

Buenas nuevas, estoy publicando y mejorando la entrada La invasión a Bolivia de 1828 (2) incluyendo la transcripción completa de los Artículos que determinó el famoso Tratado de Piquiza, tratado preliminar para la paz entre Bolivia y Perú en el año 1828 cuando Gamarra invadió dicho país con el objetivo de liberar a Bolivia del dominio colombiano en la persona de Sucre.

Datos exclusivos del blog Agustín Gamarra, Mariscal de Piquiza que no están registrados en otro sitio web.




Jesús De la Jara



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jueves, 17 de abril de 2014

Una remembranza de Agustín Gamarra en "Historias de GuerrillaZ"

Esta vez algo personal y no directamente relacionado con Agustín Gamarra:

No puedo dejar de pasar un acontecimiento tan feliz e importante para mí, mi compañero y colega de toda la vida Charles Huamaní (Lima, Perú) acaba de estrenar su primera novela HISTORIAS DE GUERRILLAZ, relato ficticio que narra extraordinariamente la peculiar invasión de zombies al Perú.

Ha tenido la deferencia de incluir entre sus personajes a Agustín y a Jesús Gamarra, ambos ligados y referencia a mi persona y a la del gran Mariscal Agustín Gamarra, del cual he publicado y seguiré publicando en este su humilde blog. No quiero dejar de pasar la oportunidad en agradecerle su consideración pues desde mi juventud siempre he tenido el interés por la vida y obras de Agustín Gamarra y los que me conocen saben de ello.

Los héroes de "Historias de GuerrillaZ" son valientes y saben morir con honor como lo hizo el gran Mariscal. 

Gracias Charles Huamaní por tu gran detalle para conmigo y el mariscal Gamarra.

Pueden conocer detalles de su obra en este link:  Historia de GuerrillaZ



sábado, 20 de julio de 2013

Lugar de Nacimiento del Mariscal Agustín Gamarra: el distrito Mariscal Gamarra en Apurímac

Después de mucho tiempo vuelvo a postear y quise hacerlo con este tema que para mí ha sido cumplir un gran sueño (aunque está incompleto) de visitar la tierra donde nació Agustín Gamarra, algo que quería hacer mucho tiempo pero no podía por el trabajo, apenas tuve un mes de vacaciones y fui hasta el distrito Mariscal Gamarra en un viaje que me ha tomado 7 días enteros, pero que valió y mucho la pena.

Así que con mucha emoción y satisfacción les presento esta pequeña reseña de mi viaje a Palpacachi capital del distrito Mariscal Gamarra, información exclusiva que sólo la obtienen en su blog "Agustín Gamarra, Mariscal de Piquiza", único portal web dedicado al Mariscal Agustín Gamarra.

Desde Lima hasta Curahuasi es un viaje que por tierra se hace en 21 horas aproximadamente, terrible viaje y muy agotador. Curahuasi está entre Abancay y Cuzco y luego de allí hice un ida y vuelta a Antilla, lugar muy querido para mí donde realicé un año de trabajo, es ahí donde me vine con mi amigo Ramiro Oré quien me ayudó a llegar hasta la tierra donde nació el gran mariscal Agustín Gamarra.
 
Entonces, el departamento de Apurímac está formado por siete provincias y 80 distritos. Sus provincias son: Abancay (la capital), Andahuaylas, Antabamba, Aymaraes, Cotabambas, Chincheros y Grau.
La provincia de Grau tiene 14 distritos: Chuquibambilla, Curasco, Curpahuasi, Gamarra, Huayllati, Mamara, Micaela Bastidas, Pataypampa, Progreso, San Antonio, Santa Rosa, Turpay, Vilcabamba y Virundo.
Y es en el distrito de Gamarra (Mariscal Gamarra ahora) donde nació el Gran Mariscal Agustín Gamarra.
 
De Abancay para llegar a Palpacachi, capital del distrito Mariscal Gamarra, es necesario tomar unas combis que tienen su paradero en la Avenida Las Malvinas, y su salida son los Lunes, Miércoles, Viernes y Sábados (no salen todos los días) más o menos a las 5 de la madrugada.
 

Salida rumbo al distrito Mariscal Gamarra en el paradero de Abancay durante la madrugada

Este nuevo viaje también es largo y cansado pues hace mucho frío durante el trayecto, antes es necesario hacer una parada obligatoria en el distrito de Lambrama. Puedo decir de este distrito que es el lugar más frío en el que he estado en toda mi vida (aunque tengo poca experiencia conociendo todo el Perú).



Iglesia colonial de Lambrama

Durante la ida a Palpacachi - Mariscal Gamarra se evidencia la gran altura a la que nos encontramos pues además del frío aparece escarcha durante todo el camino. Uno piensa las condiciones en las cuales nació el gran Mariscal Agustín Gamarra y cómo aun habiendo nacido en tales condiciones de altura y frío intenso, en un sitio tan alejado (hasta ahora) de las capitales llegó algún día a ser presidente de la República y una figura tan influyente de su siglo.


Donde crece el ichu y las escarcha...

Palpacachi es un pueblo en verdad pequeño para ser capital de un distrito, tiene sólo algunos hospedajes así como lugares donde se puede comer por lo que es difícil llegar sin conocer a nadie y tratar de quedarse, lo cual es obligatorio porque el transporte regresa siempre al día siguiente. El mismo hecho de no contar con transporte a diario, cosa que sí cuentan otras comunidades del distrito Mariscal Gamarra resulta, como mencioné, extraño para ser una capital. La extensión del pueblo en sí también es pequeña, aunque ahí se encuentra la municipalidad, la iglesia, el centro de salud, la comisaría, la gubernatura, la escuela y el colegio del distrito Mariscal Gamarra.
 
La Municipalidad del distrito Mariscal Gamarra alberga en su interior un cuadro de Agustín Gamarra obsequiado por los residentes en Cuzco del distrito, que está en su sala de sesiones distrital, donde se debaten y se comunican las principales actividades de la localidad.




Cuadro del Mariscal Agustín Gamarra en la sala de sesiones de la municipalidad del distrito

Además pude tener acceso al Acta de Creación Política del distrito Gamarra. En efecto, el 11 de Diciembre de 1942 durante el Primer Gobierno de Manuel Prado Ugarteche y por ley N° 9687 se creó el distrito que lleva por nombre GAMARRA, en alusión como la misma acta lo menciona al Mariscal Agustín Gamarra, vencedor de Junín y Ayacucho y presidente de la República.
Esta ley menciona:
 
Artículo 1ero.- Créase en la provincia de Grau del departamento de Apurímac el distrito de Gamarra, que tendrá por capital el pueblo de Palpacachi, y comprenderá los anexos de Ticchivilca, Claullipata, Tipín, Pituanca, Sarconta, Pichibamba y Taribamba.
 
Artículo 2do.- Los límites del distrito de Gamarra serán los que circundan a los pueblos que por esta ley la integran.

 
 
Creación política del distrito Mariscal Gamarra de la provincia de Grau del departamento de Apurímac

Tiene el distrito un colegio que lleva el nombre de AGUSTÍN GAMARRA, que en realidad es reciente, de aproximadamente hace 4 años donde en una reunión del pueblo y del colegio se decidió cambiar el nombre de Colegio Mixto Palpacachi al de IE Agustín Gamarra, debido al acatamiento de una ley de parte del gobierno y a su vez elegida por toda la comunidad.



IE Agustín Gamarra en Palpacachi, capital del distrito Mariscal Gamarra

Con la información que obtuve de diversas autoridades y pobladores pude llegar a la conclusión que Agustín Gamarra es reconocido por el pueblo pero no por todos, la creación del distrito es relativamente reciente hablando históricamente y obedece al hecho de defender el nacimiento en esta localidad apurimeña del gran mariscal, cosa que es defendida por los conocedores pero de ninguna manera por todo Apurímac. La primera vez que llegué a Apurímac pregunté por personajes históricos del departamento y oí entre sus nombres Micaela Bastidas (en mi opinión el personaje más significativo para los apurimeños) y José María Arguedas, nadie habla de Agustín Gamarra como personaje apurimeño a excepción de algunos contados casos, y obviamente por su distrito natal.
 
El colegio secundario tiene también muy recientemente el nombre de Agustín Gamarra, suplantando al anterior de Palpacachi, y desde luego éste es el nombre con el que se identifica hasta ahora al pueblo y a la comunidad, allí mismo y desde Abancay. Más se usa probablemente Palpacachi que Gamarra.
 
La historia que se conoce en el distrito es la oficial y la que guardan de generación en generación, conversando con las autoridades mencionaban que anteriormente existían los viejos pobladores que conocían muchísimo de la historia del distrito, a través de la tradición oral. Actualmente no hay muchos pobladores ancianos que conserven estos relatos.
Es de notar también que los relatos que más llaman la atención de los pobladores no es tanto de Agustín Gamarra sino de los gamonales que alguna vez habitaron la región, y es que el distrito Mariscal Gamarra tiene reales leyendas de estos personajes, donde la que más se cuenta es la de los conflictos que existieron entre los montoneros de la familia Montesinos (de Palpacachi) y Cáceres (de Curahuasi); abusos, maltratos, riquezas y muchas otras cosas más se cuentan de los gamonales, que no es mi intención relatar.



Sobre Agustín Gamarra se conoce exactamente el lugar donde nació: Gamarra nació el 27 de Agosto de 1785 en la comunidad de PITUANCA, DEL DISTRITO DE MARISCAL GAMARRA, DE LA PROVINCIA DE GRAU, DEL DEPARTAMENTO DE APURÍMAC. Esto es así y es reconocido por todos. A la comunidad de Pituanca, lamentablemente no pude llegar esta vez por motivos de tiempo pues requería otro viaje de aproximadamente 6 horas y tenía la incertidumbre de encontrar alojamiento, cuando es aún más distante y la capital del distrito no era pródiga en posadas.
 
Sucede que este lugar, así como el distrito, en el tiempo que nació Agustín Gamarra pertenecía al Cuzco, a la provincia de Anta (la cual tiene en su plaza el busto de Agustín Gamarra) y por esto en parte es que Agustín Gamarra es llamado cuzqueño sin problemas e incluso cuando se revisan varios libros de historia y en internet se encuentra como lugar de nacimiento: Cuzco. (Ejemplo: Wikipedia).
 
Por lo tanto, los conocedores de esto en el distrito consideran a Agustín Gamarra como apurimeño, opinión que me parece muy respetable.
 
Para mí sin embargo, Agustín Gamarra es cuzqueño por las razones que ya expliqué alguna vez, pero el lugar donde nació se encuentra actualmente en Apurímac, de eso no hay duda.
 
Lo que sí me sorprendió es la versión que aquí se conserva que Agustín Gamarra nació de un cura, en efecto esta idea es ampliamente conocida por todos, en gran parte sabemos que sus enemigos le decían hijo del Cura Zaldívar, por ejemplo Riva Agüero en sus memorias. Hay otra versión que es la que defiende el biógrafo de Gamarra Miguel Martínez y muchos más en la que su padre es Fernando Gamarra. Los pobladores del distrito refieren que este cura que radicaba en Cuzco, como era habitual en ese entonces, tenía mujeres y entre ellas una fue originaria de este distrito de Apurímac con la cual tuvo a Agustín Gamarra, quien luego fue a Cuzco para completar su educación. A mi  parecer es muy difícil asegurar históricamente esto, sí es una tradición oral que se conserva aquí que merece la pena ser escuchada.


Plaza de Armas del Distrito Mariscal Gamarra, Grau, Apurímac
 
También se dice en el lugar que la plataforma que existe en la plaza de armas era para albergar a un monumento de Agustín Gamarra, que al parecer nunca llegó.
 
Termino este post muy satisfecho y feliz de haber conocido el distrito Mariscal Gamarra, Grau, Apurímac donde vio la luz el gran Mariscal Agustín Gamarra. Lugar en verdad, distante, áspero, frío y esplendoroso donde empezó el presidente el largo camino de su vida política y social. Nacido en esta tierra de difícil acceso y majestuosa continuó su camino a Cuzco, y luego a Lima donde sería visto en dos ocasiones el ostentar la banda presidencial y los destinos de la república del Perú, luego de haber combatido en mil batallas, varias revoluciones, destierros, traiciones y de haber experimentado grandes victorias, para luego caer en el campo de Ingavi, lejos del Perú, en Bolivia, donde de seguro poco antes de morir su mente recordó con nostalgia algún lugar de este su pueblo natal.
 
 

Referencias:
Los datos que refiero son ampliamente conocidos en cuanto a la división política del departamento y las provincias. Lo demás consta de mi viaje en el cual he presenciado personalmente el acta de conformación política, el cuadro de Agustín Gamarra y demás cosas. Así como la información oral de la ubicación de los lugares históricos de su nacimiento.


Jesús De la Jara

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Bibliografía sobre Agustín Gamarra e Historia del Perú

Como pueden ver en todo el blog mis posts son soportados con bibliografía sobre Agustín Gamarra y la historia republicana del siglo XIX con autores importantes y reconocidos tanto del Perú como algunas veces del extranjero.

Por más de 12 años he ido comprando y adquiriendo libros de diversa índole de donde saco información para tratar de hacer este blog lo más enriquecedor y veraz posible.

jueves, 30 de agosto de 2012

El Testamento del Mariscal Agustín Gamarra

La muerte de Agustín Gamarra fue en verdad como lo hemos visto muy trágica, no sólo por el fin que tuvo combatiendo entre las primeras filas y recibiendo los balazos de los bolivianos de tan valiente forma sino porque sobretodo era el Presidente gobernante del Perú.
En pocas batallas han sido los conductores de los pueblos los que han caído, sin que sean los generales o los soldados los indicados para proteger con su vida la del hombre encargado del mando supremo de la República.
Agustín Gamarra es como lo he recalcado el único presidente peruano que  murió en una batalla, y en gran parte de esto, NO DEJÓ UN TESTAMENTO pues su muerte era algo que nadie esperaba en esa campaña.


¿Quién era el heredero de Gamarra? Recordemos que Agustín Gamarra a pesar de haber casado con la "Mariscala" Francisca Zubiaga no tuvo hijos de ella, sólo tuvo uno: Andrés Gamarra y Alvarado, fruto de su primer compromiso con la argentina María de Alvarado. Al fallecer la Mariscala en Valparaíso, Chile en el año de 1835, Andrés era su único heredero, por lo que todo su testamento era implícitamente suyo. Para esto sin embargo era necesario avalarlo legalmente y es aquí donde una carta de Agustín Gamarra escrita en los momentos de apremio en que se encontraba cobra la importancia y el calificativo de "TESTAMENTO".

Por esos tiempos Agustín Gamarra estaba en Pisco a punto de ser expatriado por el Jefe Supremo el limeño Felipe Santiago Salaverry, quien molesto por la perdida batalla de Yanacocha y por consejo de sus secuaces quienes veían en Gamarra un peligro para quitarle el poder procedió a enviarlo a Costa Rica, la leyenda dice que lo hizo también pensando en que Gamarra podría vengarlo si algún día caía ante Santa Cruz.

En esos momentos tan oscuros (como tantos los tuvo el glorioso mariscal Gamarra), en los que no sabía qué sería de su destino, si moriría o sería fusilado en algún lugar escribió algunas líneas a su amado hijo, que transcribo aquí:

"A bordo al alcance en Pisco, Octubre 19 de 1835.

Mi amado hijo Andrés: Ahora mismo doy la vela no sé si a Panamá o a Costa Rica. Me escribirás con cuantos puedas. Tú no te moverás de la casa de la señora Mora donde seguirás tus estudios. Yo respondo de los gastos.

Por si muero tú eres mi único heredero forzoso, en este caso nombro albacea en primer lugar al señor arzobispo de Lima, en segundo al señor don José Marurí de la Cuba, en tercer al señor don Antonio Joaquín Ramos. Cualquiera de los tres sería tu tutor y curador con todas mis facultades.

Al señor Aquiles Allier le doy mi poder para que me haga favor de cobrar las deudas de la lista existente en poder de mi padre (suegro) don Antonio Zubiaga. La listita de mis últimos deudores que le dejé me cobres hasta mi aviso; sólo al coronel Rivas que me debe doscientos pesos.

El intendente de Huancavelica Veramendi me debe un sueldo íntegro, lo cobrarás también. He ... a Rendón que se vendan todas mis muías y el caballo. No puedo mandar el poder en ... al señor Aquiles porque salgo expatriado y no tengo recursos. Ayende debe mil cuarenta pesos y no quinientos como falsamente contestó abusando de mi ausencia.

Manéjate con juicio hijo mío, aprende a ser honrado y moderado: esto es lo único útil al hombre en sociedad.

A la Juanita que no se le abandone y que se le den tres pesos de semana.

A mi suegro y suegra y mis cuñadas dales mis cariños y tú recibe el corazón de tu padre".

Éste sería pues el "testamento" del mariscal Agustín Gamarra, no tan romántico como por supuesto fue el de su esposa Francisca Zubiaga "La Mariscala" que espero postearlo algún día, pero cumple con su pequeño objetivo.


Referencias:

"Epistolario del Gran Mariscal Agustín Gamarra", Alberto Tauro.
"La Herencia y Descendencia del Mariscal Gamarra", Diego Vega Castro-Sayán

“Historia de la República del Perú”, Jorge Basadre.


 
Jesús De la Jara

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viernes, 18 de noviembre de 2011

La Gloriosa Muerte del Mariscal Agustín Gamarra en Ingavi

Hoy 18 de Noviembre del 2011 se cumplen 170 años de la gloriosa muerte del Gran Mariscal Agustín Gamarra en la Batalla de Ingavi, el único Presidente del Perú que murió en batalla.
¿Quién lo recordará?, seguro muy pocos, sólo he visto un efémerides de la página Univisión. Por eso mi intención de este blog, para que los peruanos y todos, revaloricemos a Agustín Gamarra.

Recordaremos primero esta biografía resumen o semblanza, hecha por Basadre en su obra "Historia de la República del Perú":

EFIGIE DE GAMARRA

(por el historiador Jorge Basadre Grohmann)

"Colegial de San Buenaventura en el Cuzco, latinista versado que llevaba siempre en el bolsillo una edición del sentencioso Horacio como maestro del corazón humano, sin embargo había preferido la áspera universidad de la vida impura. Había llegado desde muy lejos al trote de su caballito serrano a la capital altiva por largos caminos circundados por campamentos. Un oculto ahorro vital le infundía el optimismo tan necesario para ser conductor; pese a que desde muy temprano supo la verdad feroz de las cosas. Era la suya una tenaz paciencia de obrero rural aunque a veces el milenario recelo andino, lleno de agachadas, escondedor, sin entregarse nunca, decíase que se hallaba en él. Cuando conversaba solía inclinar la cabeza y miraba de soslayo como un cazador que apunta. Se le tenía en la vida, en la política, en la guerra por lo que en la pampa se llama un baqueano. La nariz aquilina de comando en su rostro lampiño y desencajado de surcos cavados por los años, contrastaba con la quieta mirada de sus ojos color tabaco. Bajo su piel acostumbrada a las recias tempestades de la acción fluía la sangre fría, rara en los pueblos jóvenes, las setenta pulsaciones del pretor. Se le aceptaba, aunque por mucho con un "¡Qué le vamos a hacer!", como un mal menor; pero contemporáneos como Távara, Echenique y Mendiburu lo llaman sereno, prudente y magnánimo aunque sabía, como el marino, utilizar el viento obedeciéndolo y comprendía que la línea recta se tira en el mapa y en el papel blanco y no en el trazado de los caminos ni en el curso de los ríos ni en el gobierno de los pueblos.
Había sufrido reiteradamente la prueba del poder y la contraprueba de la adversidad, muchas veces el infortunio lo había dejado solitario; pero él no se había quedado sentado en la orilla de la vida esperando la marea nueva sino que había ido a buscarla y más de una vez la creó.
Y, sin embargo, a pesar de los rasgos más difundidos de su carácter, se lanzó veterano ya, como un soldado bisoño, a la última aventura. Prefirió las vicisitudes de una campaña cuando hallábase rodeado de los encantos y de las seducciones del poder y cuando la Patria no tenía ya nada más que darle. El frío de la meseta, el hambre creciente, el aislamiento, comenzaron a azuzar a los lobos de la sedición. Llegado el instante decisivo no pretendió salvarse aunque pudo considerar que su persona era una reserva sagrada. Tampoco intentó mendigar una limosna del adversario. Fue como un naufragio y fue como si él estuviera en el puesto de mando. Se irguió en medio del estruendo de los disparos dobles que mojaban de luz las pocas bayonetas que se negaban a retirarse, para caer bajo un cielo que frecuentemente tiene color de cobalto, en el frío de una planicie yerma, ocre y gris, formada de cascajo y tierra de acarreo, donde aprenas crece el ichu o paja de la cordillera, no lejos de unas míseras chozas indígenas no más adornadas que su tienda de campaña. La muerte no le llegó como el ocaso de un bello día sino traída por la tempestad y la tragedia nacional.
Había alcanzado una gran victoria a lograr deshacer la Confederación y al deshacer, con ella, la vida política y el mensaje de su compañero y émulo Santa Cruz. Fue tremenda, en cambio, su derrota al querer un nuevo Estado Imperialista Peruano..."

LA MUERTE DE AGUSTÍN GAMARRA EN LA BATALLA DE INGAVI

El Presidente, gran Mariscal Agustín Gamarra Messia, a pesar que tenía ya 56 años dirigó la campaña contra la República de Bolivia, con el gran sueño que siempre tuvo de anexar Bolivia al Perú como territorio propio como lo fue antes de la independencia.
También luchó por el honor del ejército peruano, a quien Ballivian burlaba al obligarlo a volver al Perú cuando ya se habían hecho los gastos y los requerimientos para apoyarlo.
Se dio la batalla de Ingavi o Incahue, donde lamentablemente el ejército se portó de la peor manera, intentando una revuelta entre los propios oficiales. Se retiraron pues una parte del ejército y Agustín Gamarra fue al frente, a la primera fila del ataque peruano para tratar de contener a los dispersos. No hay duda, sabía que la muerte estaba cerca y no huyó a ella.
La leyenda y la historia nos cuenta muchos sucesos que afirman esto:
Gamarra al ver un arco iris en el cielo boliviano había dicho el día de la batalla "Si fuera un pretor romano no combatiría hoy pues veo en el cielo los colores de Bolivia".
Cuando se enteró de la sedición de los oficiales peruanos, molesto, dijo "Será posible que los peruanos, a presencia ya del enemigo, hagan revolución en tierra extraña. ¡Yo me dejaré matar!"
Y lo que todos mencionan como muy cierto, en plena batalla al ver la dispersión del ejército y que recibía el ataque del grueso del ejército boliviano exclamó con formidable valentía: "¡Aquí es preciso morir!"


PODRÁN HABLAR PESTES DE ÉL, DECIR TODOS SUS DEFECTOS Y PINTARLO COMO EL MÁS TIRANO QUE HA TENIDO EL PERÚ, INCLUSO PODRÁN TILDARLO INJUSTAMENTE DE TRAIDOR A LA PATRIA, PERO NADA NI NADIE PODRÁ BORRAR EL HECHO QUE HAYA MUERTO EN TERRITORIO EXTRANJERO CON GLORIA, DEFENDIENDO LOS COLORES DE LA PATRIA SIENDO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Y NO PENSANDO EN SU SEGURIDAD NI EN SU VIDA...




“¡Patria!, ¡Patria muero por ti!. Si tienes ofensas de qué reconvenirme, ve como los expío. Mi sangre derramada por tu seguridad y por tu gloria y los últimos latidos de mi pecho claman ¡Patria perdón!”

Enumeraré cómo todos reconocen ese hecho, hasta sus propios enemigos; es algo que nadie jamás podrá borrar porque así escribió el Mariscal Agustín Gamarra su historia:
“Tuvo Gloriosa muerte en el campo de batalla de Ingavi, en 1841”
Ricardo Palma, en la tradición “Pan, queso y raspadura”, de su monumental obra “Tradiciones Peruanas”

“…salió Gamarra de Lima y fue a esa ciudad, después de lo que emprendió la campaña sobre Bolivia, que causó el desastre de Ingavi y su heroica muerte…”
General Rufino Echenique, en sus “Memorias para la Historia del Perú”

“Y muere en pleno campo de batalla, mezclando su sangre con la de 500 de sus hombres…”
Alfonso Crespo, en “Santa Cruz, el cóndor indio”
“Su honrosa muerte en el campo de batalla, ha justificado lo que venía resuelto a esclavizarnos o a perecer en la empresa”
Presidente boliviano José Ballivian
"La invasión produjo la conciliación magnánima de los partidos de Bolivia y la batalla de Ingavi, en donde el general Gamarra pagó gloriosamente, con su vida, sus errores"
Santiago Távara, ligado al partido Liberal
"Cuando por último colocándose el primero ante las filas inflamaba a los suyos al combate. En la acción de Incahue después de habérsele muerto dos caballos en que estaba montado, traspasado de heridas murió con gloria, el 18 de Noviembre de 1841..."
Epitafio en las honras fúnebres en la Catedral de Lima

"...el desastre de Ingavi producido el 18 de Noviembre de 1841, en donde Gamarra perdió la vida luchando bravamente..."

Manuel Moreyra Paz Soldán
"Muertos uno tras otros dos caballos y herido el tercero, parece que los golpes y contusiones que sufrió en las reiteradas caídas renovaran su coraje y le hicieran olvidar del todo la obligación de conservar la vida para su patria y no prodigarla..."
  
Diario El Comercio en la necrología de Agustín Gamarra

"Se lanzó a la muerte este viejo y valiente jefe al contemplar la inmotivada dispersión de su ejército y se sacrificó para salvar, si salvar era posible, el honor de su patria"

Modesto Basadre



"MI GLORIA VERDADERA SERÍA MORIR POR LA PATRIA AL LADO DE MIS AMIGOS"

Agustín Gamarra en carta a su amigo Gutiérrez de la Fuente, del 8 de Septiembre de 1836



DISCURSO DE BARTOLOMÉ HERRERA POR LAS EXEQUIAS DEL MARISCAL AGUSTÍN GAMARRA

Lima celebró las exequias en la Catedral del gran Mariscal Agustín Gamarra el 4 de Enero de 1842. El pueblo limeño acudió traspasado de dolor y amargura al recordar y honrar la imagen del Presidente de la República muerto en batalla y vejado por los bolivianos.
El encargado de la ceremonia fue el párroco Bartolomé Herrera, quien comenzó a hablar así:

"Si, como se acostumbra en los funerales de los grandes hombres, que desaparecen de los pueblos, dejándoles recuerdos agradables y honrosos, y edificación a la Iglesia, me hubiera propuesto hacer el elogio completo del Generalísimo Presidente, y referiros su vida toda, no habría podido llevarlo a ejecución. Plumas habrá que lo hagan. Por ahora, yo no puedo pensar en esa víctima gloriosa, sin que su muerte absuelva mi alma de tal modo, que no me deja libertad para ocuparme de su vida. Hablaré de su muerte, castigo nuestro, y él, que ha pasado ya por el juicio de Dios, y habita en la mansión de la verdad, no echará menos esas alabanzas, muchas veces mentidas...Deseará más bien, el grande hombre sacrificado por la salud pública, que su muerte produzca un sólido provecho."



Bartolomé Herrea, realizó el discurso en la Catedral de Lima por la muerte de Agustín Gamarra

Habló luego el desengaño de Gamarra cuando el general boliviano Ballivián que había solicitado su ayuda y la había conseguido lo traicionó, de los triunfos peruanos que parecían decir que todo acabaría en victoria .. "El generalísimo Presidnte, ese viejo capitán, cargado de conocimientos militares, de experiencia y de gloria, señaló allí el sitio del combate. El dieciocho de noviembre estaba en actitud de embestir el ejército defensor de la majestad del Perú. Rompieron el fuego las guerrilas: se trabó la lucha..."

Durante la batalla refiere cómo la niebla hizo que los peruanos se ataquen por un momento entre ellos, cómo dos batallones huyeron en medio de la batalla, cómo Agustín Gamarra queda delante exponiendo su vida: "¿Quién los anima? Un semblante encendido por la llamarada del corazón, en que se había reunido y reconcentrado cuanto patriotismo y cuanto valor hay esparcido en el Perú, resplandece entre ellos, representando la grandeza, la soberanía de la Nación"
En el momento supremo de la batalla pinta el carácter y la valentía de Gamarra: "Gamarra no ignoraba que la muerte era inevitable en la posición que defendía: pero era deber de él y de los suyos sostener hasta el fin el honor de nuestras armas. No pensó más. La voz poderosa con que la patria manda, salió de su boca: ”¡AQUÍ ES PRECISO MORIR!” “Aquí es preciso morir”, repitió cada corazón; y clavados los ojos en la gloria de la patria que se eclipsaba, no veían los que caían sin aliento; y la defendía cada soldado con el entusiasmo de un general"
"¡Caed valientes! ¡Caed entre las bendiciones de vuestros compatriotas! ¡Caed, cumpliendo obedientes vuestros deberes! ¡Caed asombrando al mundo! ¡Pero caed invocando al Señor, para que vuelen vuestras almas a la altura donde únicamente pueden hallar premio digno vuestros hechos! ¡Caed! que mientras exista el ser que os comunica ese ardimiento sobrehumano, la patria nada teme. Más ¡Ay! cayó también. El fuego de su corazón había ya vencido dos veces a la muerte. Dos veces se había levantado del sepulcro para animar de nuevo a sus soldados, con el aire sublime de la eternidad, maravillosamente unido al exaltado interés, que inspira al hombre del tiempo la vista de la Patria amenazada. Mas las miras de Dios se habían en esta parte llenado. Había dado ya, en la resistencia heroica de esos pocos, una muestra de la disciplina, del valor, de la superioridad que se ha servido conceder a los Peruanos sobre sus enemigos, a fin de que cuando llegue el día del castigo, la soberbia ridícula no pueda alegar por excusa el engaño... : y era ya el momento, en ese día de horrible pena y de luz clarísima para los Peruanos, de acabar de advertirles, que la felicidad debe esperarse del poder y la misericordia del Señor, no de un brazo de barro: y ese brazo cayó desecho; y cayó la ignominia sobre la frente del Perú."
Pinta así sus últimos momentos dándole un cuadro legendario: "En medio de este aparato de angustias para nosotros los vencidos, y del triunfo de la justicia del Señor, el ojo espirante del Presidente circundado de polvo se volvió al Perú: y en el lenguaje rápido del corazón “Patria, le dijo, Patria muero por ti. Si tienes ofensas de que reconvenirme, ve como los expió. Mi sangre derramada por tu seguridad y por tu gloria y los últimos latidos de mi pecho claman ¡Patria perdón!!! Dios del Perú: Dios de bondad, recibe mi alma. Perdón a mis verdugos. A los que han conculcado la dignidad del Presidente del Perú, confusión, confusión y escarmiento. A mi Patria…. ¡Ah! ¡Que la discordia no la haga el escarnio del mundo! ¡UNIÓN! ¡TRIUNFOS! ¡PAZ GLORIOSA!...”



Bartolomé Herrera añade tiernamente: "¡Vencedor en Ayacucho! ¡Víctima querida de Incahue! Sí: la Patria te escucha. Cuando no tuvieras otro título a su amor que este último sacrificio, bastará para que tu memoria jamás se borrase de nuestros corazones. Todos hemos errado, todos hemos contribuido a la ruina de la Patria: pero el mérito de arrojarte a una muerte cierta por su honor; rodeado de todos los encantos, de todas las seducciones del poder; y cuando la Patria no tenía ya qué darte, mérito es sólo tuyo: mérito suficiente para borrar la idea de cuantas faltas pudieras haber cometido, en el siglo de tentación en que te tocó existir, aunque fueras responsable tú solo de las que confesamos haber cometido todos juntos"


Termina lamentando la conducta bárbara de los bolivianos comandados por Ballivián sobre el cuerpo de Gamarra y da un gran sermón sobre la necesidad de acato, obediencia y responsabilidad en el ejército y en general en los peruanos que fueron causas de la derrota de Ingavi: "Que la sangre dle Generalísimo Presidente nos recuerde siempre hasta dónde puede conducir a las Naciones el abandono de sus hijos: que él vea desde el Cielo, elevarse de nuevo en el Perú la GLORIA y las bendiciones a tu nombre Santo"
EL CADÁVER DE AGUSTÍN GAMARRA
El general José Ballivian pues se comportó de manera salvaje y atroz contra Gamarra y los peruanos. En cuanto a los oficiales los capturó y vejó. Ramón Castilla que era comandante en jefe fue humillado personalmente por Ballivián tanto física como psicológicamente.
Lo peor que realizó este Presidente boliviano fue ordenar que el cadáver de Gamarra sirva como base para un obelisco conmemorativo de la victoria boliviana, cosa que cumplió y lo podemos observar en este decreto suyo:
José Balivian, General de División, en Jefe de los Ejércitos de Bolivia, Presidente Provisorio de la República ect. etc. etc.
CONSIDERANDO
1. Que la batalla de Ingavi es un hecho de armas eminentemente glorios a la República.
2. Que en esta jornada se han salvado la independencia, la libertad y la dignidad nacional.
3. Que un acontecimiento tan fausto debe perpetuarse con monumentos, que transmitan a la posteridad el lauro de nuestras armas y los nombrs de los ilustres guerreros que concurrieron a tan memorable batalla



DECRETO
Art. 1º En el campo de Ingavi se levantará una pirámide cuadrangular sobre la altura general de cuarenta y cinco pies: la altura del pedestal con tres gradas para el zócalo será de dos varas, dos pies y seis pulgadas: la de la flecha del obelisco o pirámide de doce varas seis pulgadas; y los dos módulos o base del triángulo de la flecha de una vara y seis pulgadas correspondientes.
Art. 2º En el frente del Pedestal que mira al campo de batalla se pondrá esta leyenda: “Aquí seis mil peruanos que osaron invadir la tierra de Bolivia, fueron vencidos por tres mil ochocientos bolivianos:” en el frente que mira al pueblo de Viacha se leerá esta otra: “las cenizas de un invasor forman la base de este monumento”. En los otros dos frentes, se inscribirán en el uno los nombres de los Generales, Jefes, Oficiales y Cuerpos que concurrieron a la batalla, y en el otro los nombres de los que componían la plana mayor del ejército.
El Secretario General queda encargado de la ejecución de este decreto, y de hacerlo imprimir, publicar y circular. Dado en el Palacio de Gobierno en la Paz de Ayacucho a 24 de Noviembre de 1841. José Ballivián  Manuel Escobar.



La casaca o leva del Mariscal Agustín Gamara donde se observa los agujeros en la parte delantera


DEVOLUCIÓN Y REINVINDICACIÓN DE LA MEMORIA DE AGUSTÍN GAMARRA POR BOLIVIA
Gracias a Dios nuestros vecinos de Bolivia no podían ser insensibles ante tamaña salvajada, y cuando el presidente José Ballivian fue depuesto, los vecinos de Viacha tumbaron la columna erigida donde estaban los restos de Gamarra. Así mismo el presidente boliviano Manuel Isidoro Belzú ordenó traer el cadáver de Gamarra, darle exequias fúnebres en la iglesia de La Paz, en Bolivia para posteriormente devolverlo al Perú. Claro está que podemos ver también un afán de oposición hacia el presidente antecesor, en este caso Ballivian, y un matiz político, pero igual mi gran reconocimiento al presidente boliviano Belzú y al pueblo boliviano.
Aquí las acciones del Presidente boliviano: 
El ciudadano Manuel Isidoro Belzu,


General en jefe del Ejército Libertador, Jefe superior de los Departamentos libres de la República por la voluntad de los Pueblos.
CONSIDERANDO

1. Que los restos mortales del Generalísimo de las armas del Perú Don Agustín Gamarra han yacido por más de seis años bajo el pedestal de la columna erigida de la batalla de Ingavi.
2. Que la inhumación de ellos en aquel lugar profano fue ordenada por un hombre de la Edad Media, sin otro programa que el de despreciar a los demás hombres, y aún los respetables cadáveres de los que reputara sus enemigos, porque no había podido penetrar jamás en su lóbrega alma uno solo de los destellos de la filosofía y civilización moderna.
3. Que tan bárbaro atentado no podía menos de concitar los justos resentimientos del pueblo Peruano, que acaso han refluido sobre el de Bolivia, sin embargo de que éste lo miró con horror desde un principio y protestó siempre contra él, bien que en silencio, porque la mano férrea de su atroz tirano se ocupaba tenazmente sofocar hasta el resuello del pensamiento.
4. Que el pueblo de Viacha, en cuyo territorio se levantó la columna de Ingavi, ha dado la primera muestra de la indignación de que estaban poseídos los bolivianos contra ese oprobioso e inútil trofeo, mandando a tiempo de sus solemne pronunciamiento por la libertad, que fuese inmediatamente demolido, y trasladados a su templo los restos mortales del Generalísimo indicado.
5. Que es menester honrar de un modo más solemne las veneradas reliquias de uno de los héroes de la Independencia americana, del ilustre jefe de un pueblo hermano y amigo, traído a Bolivia, acusado en seguida de invasor y muerto por el mismo aspirante fementido, que poco antes imploraba bajamente su protección



DECRETO


1. Los despojos mortales del Generalísimo de las armas del Perú D. Agustín Gamarra, trasladados provisoriamente al templo de Viacha, serán conducidos a la ciudad de la Paz de Ayacucho; y se depositarán en su Iglesia Catedral el día 9 del mes de Febrero próximo, aniversario de la Restauración de Bolivia.

2. Las exequias se celebrarán con asistencia de las corporaciones y de todos los funcionarios públicos residentes actualmente en aquella ciudad, y con oración fúnebre que se dirá por un Eclesiástico de dignidad.
3. Al tiempo de la conducción, exequias y depósito de los mencionados despojos, se les harán todos los honores que la Ordenanza militar prescribe en obsequio y memoria de los Capitanes Generales del Ejército.
4. El Prefecto del departamento de La Paz de Ayacucho nombrará además un Orador civil, que pronuncie sobre la tumba del Generalísimo Gamarra un discurso fúnebre, que honre su memoria y justifique nuestra conducta política.
5. El mismo Prefecto, de acuerdo con el Comandante General del distrito y la Autoridad eclesiástica, arreglarán el ceremonial de todos los actos prevenidos en el presente decreto, cuidando de que ostenten la mayor pompa y magnificencia posibles.
Dado en Oruro a 8 de Enero de 1848. MANUEL ISIDORO BELZÚ.



Repatriación de los restos mortales de Gamarra al Perú

Llegó pues el cadáver de Gamarra, honrado por los bolivianos, al Perú en 1848. Se le hicieron los honores correspondientes, que es semejante a la repatriación de los restos de Napoleón Bonaparte a Francia (que sucedió en el año de 1840).

¿Quién era presidente de esa época? El gran Mariscal Ramón Castilla, quizás responsable en parte de la muerte de Gamarra, quizás su digno sucesor como apunta el biógrafo de Gamarra Manuel Martínez.

Y de esta manera el cuerpo del  gran Mariscal Agustín Gamarra Messia descansa en territorio peruano en el "Panteón de los Próceres"





“Y AÚN CUANDO NO TUVIERAS OTRO TÍTULO DE AMOR A LA PATRIA QUE ESTE ÚLTIMO SACRIFICIO, BASTARÁ PARA QUE TU MEMORIA JAMÁS SE BORRE DE NUESTROS CORAZONES"




Referencias:
"Historia de la República del Perú", Jorge Basadre
"Oración en las exequias del generalísimo Presidente Agustín Gamarra", Bartolomé Herrera
"Agustín Gamarra, Mariscal de Piquiza", Miguel Martínez

"Memoria Fúnebre y depósito de los restos mortales del Exmo. Agustín Gamarra, generalísimo de las Armas del Perú"




Jesús De la Jara



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jueves, 27 de octubre de 2011

La Guerra contra la Gran Colombia (4): La batalla del Portete de Tarqui y el Convenio de Girón

LA BATALLA DEL PORTETE DE TARQUI

"Nunca he podido comprender que se diera por perdida por nosotros aquella batalla, en la que habiendo reveses por una y otra parte ... quedando dueños del campo y con un ejército superior .. se haya persuadido al mundo que la perdimos y nosotros consentir en ello sin aclarar las cosas, y demostrado que no hubo batalla campal, ni menos la perdimos"

General Rufino Echenique, en "Memorias..."


Luego del encuentro en el Puente de Saraguro, el ejército peruano siguió avanzando buscando a los grancolombinos. Se enteraron allí, gracias a los colombianos opositores a Bolívar, que el pueblo de Tarqui había sido abandonado por el mariscal Sucre, el cual parecía retirarse al interior, por lo cual no estando tan lejano se dice que Gamarra fue de la opinión de tomarlo con el ejército; pero no se siguió su consejo y sólo se destacó una división para ocupar el Portete.

Enterándose de esto el mariscal Sucre retrocedió en la noche del 26 de Febrero de Narancay con dirección al sur para atacarlo.

A las 2 de la mañana del 27 de Febrero de 1829 Sucre hizo marchar a la Primera División Colombiana, precedida por una vanguardia de 200 soldados escogidos entre los mejores del ejército, al mando del capitán Piedrahita y además el escuadrón de caballería "Cedeño" que debía servir de apoyo.


Cumplido el objetivo a las 4 y 30 de la mañana la Primera División se detuvo a esperar a la Segunda que aún no llegaba, sin embargo el capitán Piedrahita medio extraviado se topó con la avanzada del Ejército peruano que la conformaba el capitán Urías con el Batallón "2º del Callao"...




La vanguardia peruana de Plaza contra el Ejército Colombiano


"Dos batallones peruanos habían destrozado al "Yahuachi", "Rifles" y al "Caracas" y, durante tres horas, habían resistido a todo el empuje del ejército enemigo"
Nemesio Vargas, en "Historia del Perú Independiente"

Empezaron los primeros tiroteos sin embargo por parte de los defensores que eran los peruanos acantonados en Tarqui.

Ante el fuego de fusilería que se le hacía, el escuadrón "Cedeño" retrocedió y Sucre envió al batallón de infantería "Rifles" que mantuvo el tiroteo. Vino la vanguardia colombiana que se había extraviado y abrió fuego contra sus propios compañeros del "Rifles" con fuertes pérdidas.


Aclaró el día y Sucre decidió reorganizar sus tropas y dispuso un ataque en masa: destacó al "Rifles" y una compañía del batallón "Yahuachi" por la izquierda y por la derecha al batallón "Caracas" y lel resto del "Yahuachi" más el escuadrón "Cedeño".

La infantería peruana apostada en las alturas defendió su terreno a palmos, pero sólo contaba con una dotación escasa de municiones; el ala derecha peruana fue batida por el "Yahuachi" que se reforzó con los primeros cazadores del batallón "Cauca" de la Segunda División Colombiana que recién llegaban.

Sucre se encargó de llamarlos a gritos y así la Segunda División Colombiana llegaba a paso de trote para colaborar con sus compañeros que de por sí ya eran muy superiores en número a la reducida vanguardia peruana.

Gamarra dirige el Ejército hacia la batalla

"Debió estar muy inquieto con esto Gamarra, o tuvieron alguna noticia, pues desde las tres de la mañana, todos lo vimos a caballo, recorriendo cuerpo por cuerpo, y poniéndolos sobre las armas para marchar..."
General Rufino Echenique, en "Memorias..."

Aquí fatalmente se vio el resultado de la imprudente táctica de haber dejado al general Plaza 15 kilómetros separado del resto del ejército.

A pesar de los avisos que daban al ejército colombiano muy lejos de la vanguardia peruana Gamarra presintiendo un ataque de Sucre ordenó al estado mayor que estaba a cargo del Coronel Pedro Bermúdez marche con cuatro compañías donde estaba la Primera División del Ejército Peruano, con el General Plaza. Gamarra personalmente montado a caballo y yendo cuerpo por cuerpo ordenaba a los soldados armarse y marchar.
Los primeros soldados de esta parte del ejército partieron a las 3 de la mañana con dirección al Portete.

La primera columna de Cazadores que iba estaba al mando del Sargento Mayor Felipe Santiago Salaverry. Mientras Gamarra y Bermúdez llegaron solos al sitio de contienda, vieron que la vanguardia peruana estaba ya prácticamente batida pero aún así hicieron un estudio rápido del terreno donde se combatía.

Llegado Salaverry, Gamarra le dio la orden de atacar por el flanco izquierdo, pero se equivocó pues la subida era muy impracticable pero aún así arrolló a la Primera División Colombiana que perdió muchos hombres. 

Al ver esto Sucre envía a la Segunda División Colombiana pero Gamarra tomó otras compañías y logró rechazar la fuerte columna que se le oponía, desorganizándola y haciéndola retroceder.

La Mar combate en primera línea

Luego de esto se trabó un combate muy disputado entre ambas partes y en esos momentos llegó el Presidente La Mar quien recorrió las filas del ejército animando a los soldados peruanos.

Es allí donde Gamarra pide permiso al presidente para ir a retaguardia y tratar de contener a los dispersos que en ese momento eran muchos y de paso organizar mejor al ejército para ocupar una posición que les permita defenderse de un posible ataque en masa grancolombino, La Mar se lo da y él se queda en la vanguardia peleando.

A pesar de todos sus esfuerzos Gamarra logró recuperar una cantidad considerable de 1 500 hombres.

Mientras tanto los colombianos luego de tremenda lucha logran hacer retroceder a la infantería peruana que cedía el terreno a palmos.

Empiezan a llegar los batallones peruanos "Zepita" y "Pichincha", quienes a mitad de camino se encuentran con los dispersos y heridos peruanos; cuando el "Zepita" toma contacto con el ejército peruano, uno de los oficiales al ver al Mariscal Gamarra y al presidente La Mar, le dice a éste con voz marcial y para animar a sus soldados: "Mi general, yo tomo el Portete con armas a discreción". Echenique recuerda que el Mariscal La Mar contestó consternado: "No es tiempo ya de eso comandante. A poca distancia de aquí encontrará Ud. un explayado, y haga Ud. alto allí, y mantenga ese lugar hasta que se le mande orden para retirarse".

Su intención clara era detener allí al enemigo victorioso con los nuevos batallones peruanos que iban llegando para formar a los batallones derrotados en la pampa y presentar batalla al ejército que lideraba Sucre.
El ejército colombiano tomó las alturas y empieza el tiroteo sobre los batallones que venían a apoyar a la vanguardia de Plaza, entre ellos el glorioso batallón "Zepita", entre los cuales estaba el capitán Rufino Echenique que recuerda que luego de sostener el tiroteo por mucho tiempo reciben orden del jefe de la Segunda División del Ejército Peruano, General Blas Cerdeña, quien luego de ordenar para el fuego les gritó: "Soldados, a formar a la pampa com se pueda".

Retrocedieron entonces los peruanos soportando el empuje del ejército victorioso enemigo, murieron dos jefes peruanos que se quedaron en el sitio gallardamente hasta esperar que todo el batallón se repliegue en la pampa. Echenique recuerda haber perdido 14 oficiales y 300 hombres de tropa.

El general Cerdeña le ordenó a Echenique que cubra la retirada y con 16 ó 20 soldados pudo sostener la retirada. A pesar del poco número era suficiente pues el camino era muy estrecho. Tres veces la vanguardia grancolombina trató de pasar y tres veces fueron rechazados.

Cuando ya el ejército estaba formado en la pampa se retiraron, cumpliendo efectivamente el deseo de La Mar de parar al enemigo para conseguir que el Ejército peruano espere en buen orden el ataque general, vinieron a la carga dos columnas de cazadores y el escuadrón "Cedeño", que venía comandado por el valiente Coronel Camacaro.

Hasta aquí entonces, los peruanos habían perdido su vanguardia que luchó durante tres horas completamente aislada contra todo el ejército grancolombino y los batallones peruanos que vinieron en su ayuda precipitadamente se replegaron en buen orden.

Camacaro y la vanguardia grancolombina ahora sí estaban en una posición ofensiva y muy amenazante y la batalla iba a trabarse en terreno llano...


La Gran Hazaña de Domingo Nieto

Cuando el coronel venezolano José María Camacaro llegó con el escuadrón "Cedeño" dispuesto a arrollar a los peruanos que se batían en retirada se le presentó el comandante general de Caballería del Ejército Peruano, el General Mariano Necochea, con el glorioso "Húsares de Junín", en el Primer Regimiento iba el General José de Orbegoso y allí mismo el entonces teniente coronel Domingo Nieto y Marquéz. Ironías del destino Camacaro había luchado con los "Húsares de Junín" en la gloriosa batalla de Ayacucho.

Camacaro haciendo derroche de valor y autosuficiencia envió un parlamentario con señal blanca para que haga un desafío, al más estilo medieval romántico: "que ahorrasen la sangre de sus regimientos y que él se batiría con cualquiera que le conteste el duelo y el que ganara se quedaba con la victoria".
El que le salió al frente fue el teniente coronel peruano Domingo Nieto que realmente no tenía nada que envidiar de su rival, pues su heroísmo y valentía era legendaria.





Teniente Coronel Domingo Nieto y Márquez, gran héroe moqueguano, aceptó gallardamente el desafío del colombiano Camacaro y salvó a los "Húsares de Junín"





Los llaneros venezolanos sabiendo la gran habilidad de Camacaro vivaban su triunfo antes que empiece el duelo; pues él era uno de los mejores en el arma de Caballería de toda Nueva Granada e incluso primer espada del ejército. Cuando se acometieron furiosamente, Nieto pudo batirlo levantándolo con su lanza en ristre. Camacaro cayó y perdió la vida. Así fue como terminó sus días el valeroso Camacaro, terror de los españoles e invicto paladín venezolano hasta entonces.
Al ver a su jefe muerto los grancolombinos realmente consternados cargaron con todas sus fuerzas a los "Húsares de Junín", pero éstos más fieramente lograron derrotarlos y acuchillaron a casi el escuadrón entero casi sin dejar sobrevivientes, se dice que 6 ó 7 hombres.

Sobre este episodio dicen unos historiadores venezolanos increíblemente: "teniendo que llorar entre los muertos a los denodados tenientes coroneles Camacaro y Vallerino, que habiéndose adelantado demasiado en el ardor de la persecución, cayeron en manos de un escuadrón de caballería mandado por el general Necochea, cuyos subalternos después de atarlos los alanzearon sin piedad. Este escuadrón así como toda la caballería peruana había quedado en la ruta de Girón sin entrar en combate, y perpetró aquel crimen..."

Realmente a mí me parece sorprendente cómo muchos extranjeros quieren pintarnos a los peruanos como gente realmente cruel y belicosa cuando la historia demuestra que no hay nada más falso. Entiendo sí que cuando se hace la historia pues conviene siempre presentarse como magnánimo y bondadoso y a los enemigos como crueles y despiadados, pero siempre hay un límite. Aunque verídico en muchas partes la reseña venezolana cae en muchas falacias (me estoy tomando el trabajo de hablar sobre esto pues creo necesario desmentir varios mitos): es bien cierto que los "Húsares de Junín" acabaron con casi todo el escuadrón "Cedeño", pero de ninguna manera amarraron a Camacaro, como lo he reseñado este valiente venezolano retó a los peruanos y fue muerto en un combate formal. Los colombianos fueron los que al verlo muerto acometieron furiosamente a pesar del "trato" de Camacaro, claro, están en todo su derecho al ver a tan importante jefe caído; los "Húsares de Junín" contestaron con valentía a la arremetida de los del "Cedeño". No hay más que decir, las ATROCIDADES fueron en todo caso peores por los colombianos y de eso hay muchos ejemplos. Hablaremos de eso en su momento.


Los colombianos no presentan batalla y Sucre pide entablar negociaciones

Luego del aniquilamiento del escuadrón "Cedeño" y de las tropas grancolombinas que intentaron descender a terminar de golpear al ejército peruano ya concentrado y formado por el trabajo del Mariscal Agustín Gamarra, el ejército grancolombino se detuvo y no se animó a descender las laderas para trabar combate con el peruano. Más aún cuando la artillería peruana empezó a lanzar sus primeras salvas.

Los peruanos dueños de la posición de la llanura de Tarqui esperaron el ataque general que nunca vino.

En la batalla del Portete de Tarqui el ejército peruano tuvo 1 200 hombres entre muertos y heridos y los colombianos 800.

Los historiadores Rafael María Baralt y Ramón Díaz refieren 2500 peruanos entre muertos, heridos y prisioneros, de entre ellos 60 jefes y oficiales; en cuanto a los colombianos 545 y 17 oficiales.

El Mariscal Antonio José de Sucre luego de esto pidió entablar negociaciones



OPINIONES SOBRE LA BATALLA DE TARQUI: ¿FUE REALMENTE DERROTA PERUANA?

Sobre esto dice el entonces Sargento Mayor José Rufino Echenique, testigo presencial y actor en aquella jornada: "Siendo lo que he dicho la verdad de lo que sucedió aquel día, nunca he podido comprender que se diera por perdida por nosotros aquella batalla, en la que habiendo reveses por una y otra parte, esperada y preparados nosotros para ella, quedando dueños del campo, y con un ejército superior al del enemigo, aun después de aquellos reveses, se haya persuadido al mundo que la perdimos y nosotros consentir en ello sin aclarar las cosas, y demostrado que no hubo batalla campal, ni menos la perdimos. Podía ser que no se llevara a efecto el plan que nos propusimos y con el cual se emprendió la campaña, y que lo abandonáramos, pero de esto al hecho material de haberse perdido la batalla, hay una gran diferencia. El acto verdadero y que comprendería cualquiera es que nos retiramos por un tratado, cosa que muy bien pudo suceder sin batalla, y aún sin que se hubiera disparado un tiro."

Tan es así que hay historiadores incluso que llaman a la batalla Portete de Tarqui: "La Falsa derrota del Portete".

Muchos también consideran que la batalla hubiera podido ser ganada por los peruanos y acusan a Agustín Gamarra en parte por esto. Creo yo, personalmente que, COMO SIEMPRE, los dos lados son un tanto exagerados. Tanto los ecuatorianos, colombianos y venezolanos (siendo por supuesto los más interesados los ecuatorianos) exageran en muchas cosas y los peruanos (sobretodo los parcializados con La Mar y los críticos de Gamarra) también.

Hay por ejemplo dos historiadores que toman la declaración de Echenique (entre ellos Nemesio Vargas, GRAN acusador y crítico de Gamarra) para sustentar que la batalla pudo ser ganada. Yo he leído una y otra vez las memorias del General Echenique en esta parte y sigo pensando igual, en contra de los historiadores peruanos. Creo que no es un problema sino de comprensión gramática. Cuando leemos "nunca he podido comprender que se diera por perdida por nosotros aquella batalla...", ellos entienden como que algo así como que "nos hubiéramos rendido" o "no hubiésemos seguido peleando". Yo creo firmemente que no se refiere a eso, sino a que CONSIDERAMOS ESA BATALLA COMO UNA DERROTA, luego de que todo acabó, no en ese momento. Osea que pensamos que (viendo atrás en la historia) la perdimos.

Yo, personalmente, a pesar que soy peruano y patriota, no tengo dudas que la Batalla del Portete de Tarqui fue derrota para los peruanos y no hay ningún problema en aceptarlo, nosotros a lo largo de la Guerra contra la Gran Colombia ganamos muchos encuentros antes y después de esa batalla.

Pero por supuesto discrepo con las versiones ecuatorianas, colombianas y venezolanas que inflan demasiado la victoria:
Como hemos visto, la batalla NO FUE una batalla campal general entre dos ejércitos fue más bien un enfrentamiento entre la vanguardia peruana y el ejército grancolombino; no fue una victoria aplastante porque los grancolombinos no continuaron la batalla cuando el ejército peruano ya había tomado posiciones y los esperaba ORGANIZADO (no en desbandada como colocan varios historiadores, la desbandada fue por supuesto pero en la fase inicial de la batalla). Y finalmente pues tampoco se puede mencionar como un factor importantísimo al mariscal Antonio José de Sucre, quien tenía la experiencia de la campaña que realizó contra los españoles y que culminó con la Batalla de Pichincha, donde conoció todo el terreno y clima en la cual se desarrolló la guerra; además de sus dotes militares harto reconocidas por todos.

A pesar de todos estos factores Ecuador celebra el 27 de Febrero de 1829 como EL DÍA DEL EJÉRCITO ECUATORIANO, conmemorando la Batalla del Portete de Tarqui. Y es bien conocido la versión exagerada de una total derrota peruana que como hemos visto está harto descartada.

Basta decir que ni Sucre ni el mismo Bolívar estuvieron muy satisfechos del resultado de Tarqui.



EL CONVENIO DE GIRÓN

"Tan descontento quedó Sucre de su aleatorio triunfo y tan poca fe tenía en sus soldados que, detenido en las alturas del Portete, pidió nuevamente la apertura de negociaciones, fundándose en consideraciones filantrópicas y de amor a los peruanos, que no le asistían en realidad, puesto que en esos momentos permitía el fusilamiento y deguello de los prisioneros y toleraba, días después que la cabeza de Raulet, fuera paseada en la punta de una lanza por las calles de Cuenca"

General Carlos Dellepiane en "Historia Militar del Perú"


Como resultado de las negociaciones se firmó el Convenio de Girón 




LA CULPA DE AGUSTÍN GAMARRA EN LA CAMPAÑA CONTRA LA GRAN COLOMBIA

"Los que tanto tildaron de cobardía al general Gamarra en estos peligros, avanzándose a acusarle de traición, son unos impostores a quienes un ciego espíritu de partido movió a decir, sin respeto a la verdad y honra de su mismo país, lo que jamás podrían probar"

General Manuel de Mendiburu

Éste es uno de los temas más delicados y agrios en la vida de Agustín Gamarra. Para mí por supuesto el tema más agrio es las acusaciones que muchos lanzaron sobre su conducta que tuvo durante la Guerra que muchas de ellas me parecen infundadas y casi todas exageradas. Pero trataremos de ser imparciales y presentar los testimonios.

El "Gran Error" de Agustín Gamarra:

Vamos a referirnos a esto más adelante, creo que todos coinciden en que el peor "error" de Gamarra fue la deposición del Presidente La Mar. Yo coincido en esto no tanto por el acto en sí sino por las consecuencias de gran animadversión que le trajo de parte de los liberales, muchos oficiales y también muchos historiadores. Esto hace pues que muchos se aventuren a criticarlo incluso antes de la deposición que vamos a hablar en otro post. Y es semejante a la campaña contra Bolivia de 1828, ¿verdad?: Ningún boliviano cree que quiso libertar Bolivia del dominio colombiano (como efectivamente lo hizo) porque tiempo después se vio su interés en anexar Bolivia al Perú. Este gran error nunca fue perdonado por muchas personas quienes veían al mariscal La Mar como el hombre que merecíamos tener de presidente, por lo que al verlo caer muchos odiaron de muerte a Gamarra y el odio lleva muchas veces al insulto y a la mentira.

Es así que podemos ver cómo a favor de Gamarra hablan los partes oficiales del Ejército, el general Echenique, el general Mendiburu, el historiador Paz Soldán. Y en cambio vemos a "El Atleta de la Libertad", "La Patria en duelo", a Santa Cruz, Ramón Castilla, y muchos otros enemigos suyos en algún momento hablar mal de él.

La culpa de Agustín Gamarra en la Campaña contra Colombia es a mi parecer limitada y sobretodo es mayor parte del Mariscal La Mar.

La culpa que no se puede negar en Gamarra es, como apunta bien el general Carlos Dellepiane en su "Historia Militar del Perú", no haber sido un segundo jefe sumiso y obediente. Esto no se puede negar. Tampoco el que Gamarra, La Fuente y Santa Cruz hayan estado en conexión para oponerse al presidente La Mar, que no era tan raro pensar después de las consecuencias que trajo al Perú esa guerra que a muchos les parecía absurda y dejó consecuencias pésimas en el Perú.

Pero de allí al hecho de decir que Gamarra arriesgó al ejército por su revolución, que se dio después de todo conflicto bélico, hay mucha diferencia e injusticia. Los que sostienen esto, entre ellos Dellepiane, aducen que Gamarra quería conservar intacto al Ejército del Sur (nada más natural tratándose de amigos y soldados suyos, que se esmeró en formar y no quería que sufrieran con las direcciones de La Mar) y por ello el Ejército del Norte era el más expuesto. Es muy extraño creer que siendo el presidente La Mar "Director de Guerra y Operaciones" y Gamarra sólo "Comandante en Jefe" tuviera TANTO mando Gamarra como para pasar por encima del presidente y también resulta demasiado extraño que el Presidente La Mar haya permitido que Gamarra "destroce" la división del Norte y se haya quedado dormido en sus laureles, cuando todos saben que eso no pasó y antes bien La Mar estaba en toda acción de batalla. También es de recordar que La Mar dispersó el Ejército del Sur, victorioso de Bolivia y lo refundió con otras Divisiones hechas por él mismo y con jefes diferentes de los que tenía Gamarra como dirigentes de su ejército.

Mas bien vemos, como el propio Gamarra se queja, que era en parte La Mar el que pareciera quería desprestigiar a Gamarra, no sólo anulándolo y disolviendo el Ejército del Sur (que era su potestad obviamente como presidente) sino también dándole la peor parte de la película al hacerle firmar el Convenio de Girón.

La actitud de Gamarra en la Campaña contra la Gran Colombia es defendida por muchos como valiente, preocupada y atinada como hemos visto. Recordemos la inquina que tenía con Sucre como para no demostrar la bizarría que le caracterizaba y quedar relegado con respecto al Mariscal de Ayacucho.
Sí lamento personalmente el desenlace de la Guerra, si Gamarra hubiera puesto más de sí y tal vez se hubiese empeñado a toda costa en vencer a la Gran Colombia su gloria hubiera sido completa, falló allí lamentablemente y su interés personal también jugó una parte en no darse íntegro, pero de allí a calificarlo como traidor y otras cosas que muchos historiadores juiciosos jamás tomarían en cuenta hay mucho trecho...


Referencias:

"La Iniciación de la República", Jorge Basadre

"Historia de la República del Perú", Jorge Basadre

"Historia Militar del Perú", Carlos Dellepiane

"Memorias para la Historia del Perú", General José Rufino Echenique


"Historia del Perú Independiente", Nemesio Vargas

"Historia del General Salaverry", Manuel Bilbao

"Resumen de la Historia de Venezuela", Rafael María Baralt y Ramón Díaz






Jesús De la Jara


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